lunes, 18 de noviembre de 2013

Cara dura, mandíbula de cristal

Dice la presidenta del Gobierno de Navarra que el merengue con el que cubrieron su cara hace dos años en Toulouse estaba duro, y que ese dulce ataque de protesta le provocó un dolor que jamás había experimentado.

Sorprende que Yolanda Barcina haga alusión a la consistencia del objeto arrojadizo y nos haga intentar creer que estaba lo suficientemente duro como para que llegara a hacerle un daño tan remarcable.


Sorprende, sobre todo, por el rostro duro que luce la dirigente, que no tenía problemas para cobrar hasta 3.400 euros al día en dietas por reuniones sin sustancia de la Junta de Entidades Fundadoras de Caja Navarra, un órgano que no contaba con ninguna función ejecutiva pero que repartía jugosas cantidades entre los asistentes a estas merendolas de negros.

El rostro pétreo de Barcina, sin embargo, se ablandó lo justo como para reintegrar parte de esas sumas y acallar en cierta forma el escándalo que había provocado. De todos modos, el Tribunal Supremo ya se había encargado de archivar la causa que se abrió contra ella por esta habitual manera de engordar las cuentas corrientes de gente como la presidenta.

Lo de los nueve años de prisión (REPITO: nueve años de prisión) que solicita para uno de los agresores que le obsequió con un tartazo en su día es algo anecdótico (de acuerdo, NO LO ES) en una historia que resume a la perfección nuestro día a día con la clase política. Una clase que utiliza el puño de hierro para salvaguardar toda la pasta que puedan levantar(nos) pero que tiene una asombrosamente débil mandíbula de cristal a la hora de encajar el descontento en forma de merengue.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Regreso al futuro socialista

En la escena final de Regreso al futuro II, Marty McFly aparece, ante la sorpresa de Doc, en el mismo lugar del que ha salido tan solo unos segundos antes. El científico al que daba vida Christopher Lloyd no salía de su asombro mientras el protagonista, a quien creía ya a salvo en su espacio temporal correcto, trataba de explicarle lo que había ocurrido. "Me has mandado al futuro, Doc, pero HE VUELTO".
Hoy, en un ambiente de fingida euforia y triunfalismo de diseño, Alfredo Pérez Rubalcaba se dirigía a los asistentes de un engendro denominado 'Conferencia política' con el que el principal partido de la oposición pretendía acercarse a la realidad y a las preocupaciones de su electorado. El secretario general, en este ambiente de aplauso gratis impregnado de socialismo aseguraba que 'el PSOE ha vuelto'.
Como en la película de Zemeckis, el PSOE había emprendido un incierto viaje que Rubalcaba ha querido dar por finalizado en este acto de profunda renovación del partido, con Felipe y Zapatero de cuerpo presente. El PSOE, claro, ha vuelto. Y, como Marty McFly, ha vuelto décadas atrás de su verdadero tiempo. El futuro puede seguir esperando.