lunes, 27 de enero de 2014

Crítica de la razón fílmica pura

La crítica es mi nuevo género literario favorito. En ningún sitio como ahí (no en la marchita y hermética poesía, por supuesto tampoco en un teatro cada vez más artificial y superficial) puedo disfrutar de la hondura, la pausa, la trascendencia y la literatura en su más plena expresión.

Me refiero a la crítica que puede leerse en Filmaffinity, por supuesto. He aquí un par de ejemplos que me han llevado hasta el deleite más puro, hasta las mismas puertas doradas de la sabiduría, hasta el templo del conocimiento.

Fast & Furious 5
Es la mejor película de acción que he visto.
Tiene de todo:
1º: Mucha acción.
2º: La perspectiva de las cámaras es buenísima: se ven bien las piruetas (saltos, carreras,...), ya que en otras películas, por ejemplo, mueven continuamente la cámara, enfocan demasiado a la cara y no al conjunto ( con ganas de ver lo que está sucediendo) ,... cortan una escena de acción y entremedio se nota que meten efectos especiales...
3º: Muy buena interpretación.
4º: Actúan Don Omar, Tego Calderon, Ludacris,... es decir, cantantes de reggaeton y rap... incorporando sus éxitos en la película, como la canción de "danza kuduro", lo que anima mucho, la verdad.
5º: Esta filmada en Brazil, por lo que los escenarios son impresionantes.
6º: Increíbles efectos visuales.
7º: ...

Asalto al poder
Excelente
Una de las mejores películas que he visto nunca, mezcla un gran guión, con una gran dosis de acción, no para ni un segundo en la que posiblemente sea la película del año, nunca se ha visto tanta acción y tan imprevisible, nunca sabes cual va a ser el siguiente paso o por donde van a ponerse por delante de los enemigos, además la primera media hora no tiene acción, lo que sitúa la escena para desencadenarlo todo. Lo que parecía un gran fallo de guión terminó por convertirse en una gran labor de los guionistas y con un final que nadie se lo podría imaginar.

miércoles, 15 de enero de 2014

Mocito reloaded

Durante un par de segundos no entendí con claridad lo que había aparecido en la pantalla. Estaba al fondo, detrás del protagonista de la noticia, como siempre cuando consigue aparecer en plano. Los ojos pequeños y huidizos, la poblada barba, la pose entre incrédula e indiferente, como de ‘yo es que pasaba por aquí’. Le había visto docenas de veces antes, y por esa razón esta vez casi pasa desapercibido ante mis ojos.

En el Telediario, entre la Infanta y los chanchullos del pequeño Pujol, una pequeña información sobre los ERE de Andalucía. El monográfico diario sobre la corrupción de nuestra piel de toro. El imputado abandona el juzgado entre las cámaras y a unos metros, como quien no quiere la cosa, él. Mocito Feliz. Atento a la jugada. Expectante mientras el declarante de turno busca un taxi en el que protegerse de los periodistas. También él ha visto la necesidad de reciclarse en estos tiempos en los que los jueces y los fiscales son más famosos que las estrellas de la prensa rosa. Si antes no se perdía una boda de la rancia aristocracia andaluza y tenía tatuada la agenda de la Duquesa de Alba, ahora ha tenido que especializarse en procesos de instrucción y cohecho impropio.

                                            Tranquilos, que tengo plano para todos.

Le recuerdo en una de las salidas de Julián Muñoz de la cárcel. Se abrieron las puertas de Alhaurín de la Torre y juro que vi aparecer al lado del exalcalde, como si de su guardaespaldas se tratara, a Mocito. Supongo que su papel de animador comenzó a mutar en aquella ocasión. Sería entonces cuando se dio cuenta de que el futuro ya no estaba en Fran Rivera, sino en Ortega Cano.

Cuando me imputen, ojalá vaya a verme Mocito Feliz a la puerta del juzgado.