martes, 29 de diciembre de 2015

Lo mejor de 2015

10- Review
9El Triple Dental de Inside Out
8El mate de Pau Gasol contra Francia
7Sumisión, de Michel Houllebecq
6Fronze, el musical
5El clan Mateo de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?
4Cuando instalaron los sóviets en Madrid y Esperanza se disfrazó de Agustina de Aragón
3El anuncio del PP de Oyón
2El carnicero y la peluquera de Fargo
1- Un tema

martes, 1 de diciembre de 2015

Usted qué va a saber

Usted no sabe cómo es esto, ¿qué va a saber? Deje, que ya le cuento yo. Yo sí sé.

Verá, al principio era algo inocente, una tontería.

Desde que empecé a darle patadas al balón ya sabía cuál era la alineación que le convenía a la Selección. O la forma en la que tenían que jugar en cada partido. O si los goles nos vendrían por aquí o por allí. Cosas así, ¿sabe? Luego empecé a saber quién era el candidato que mejor nos convenía como presidente, que este invento de la Europa comunitaria era una estafa, que el euro era peor que la peseta para nosotros. Se lo comentaba yo a todos mis conocidos, ya le digo.

Lo del 11 de septiembre me lo imaginé antes de que pasara. Ya estaba interesado en estos asuntos de moros, y sabía que algo tramaban. También cómo se tenía que haber parado todo eso, pero claro, no conozco a las personas que mandan de verdad. Saber y poder hacer son cosas diferentes. Pero le aseguro que si se hicieran las cosas como digo yo, otro gallo nos cantaría.

Después, cuando lo de la crisis, todo empezó a salirse de madre. ¿Lo de la burbuja inmobiliaria? Ya lo sabía yo. ¿Las estafas de los bancos? Lo sabía. Sabía lo que pasaba en Wall Street, las cuentas secretas en Suiza, lo del dinero en negro... Bueno, eso lo sabía todo el mundo, pero para que me entienda…

Ahí es cuando empecé a notar que algo me sucedía. Abría el periódico y tenía algo que decir de todo lo que leía. Me daba igual si la noticia era sobre crisis energética, embargos comerciales a Rusia, purgas en China o narcotráfico en Tijuana. Si quiere hacemos la prueba. Coja el periódico, no sea tímido. ¿De qué quiere que le hable? ¿Lo de los yihadistas en París? Es complejo, pero en un minuto sale de aquí enterado de todo. Es que lo que no puede ser es que es Siria estén así, con ese presidente. Lo de los moros ya le digo yo que es uno de mis fuertes. Pero si quiere le hablo de otras cosas. No sé, de Benzema. De los catalanes, que mire cómo están por no saber. De Gran Hermano. De lo del sida. Del frío que no es normal para la época del año. Del origen de la Navidad. Usted verá.

Lo que le quería decir es que es muy duro todo esto. Saber de todo, ¿entiende? Es como la película esa de Batman. Lo de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Eso me pasa a mí. Y es difícil de soportar, se lo aseguro.

Aunque imagino que usted no sabrá nada de todo esto. Yo sí sé. Lo sé todo.

En fin, me voy ya que no llego. Voy a La Sexta y luego a la cadena esa de la iglesia, a unos asuntos de los nuestros.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Carrusel marianista

Esta semana, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acudía al programa de radio Tiempo de Juego para comentar la jornada de Liga de Campeones en la que jugaba el equipo del que es aficionado, el Real Madrid. Su intervención en la Cope ha despertado muchas críticas por parte ciudadanos y medios de comunicación, puesto que coincide con el anuncio de su ausencia en el debate televisado donde deberían comparecer los cuatro principales candidatos a la Presidencia. ¿Un gobernante comentando un partido de fútbol? ¿Es esto serio? ¿Somos un país ‘diferente’? Aquí veremos que han sido muchos los grandes líderes que también en su día se dejaron seducir por la magia del deporte en las ondas.

El general Charles De Gaulle lee la alineación del encuentro entre el Stade Reims y el Racing Club de Paris durante el carrusel deportivo galo de la temporada 1948/49.


Winston Churchill, atento a la pantalla donde ve el desarrollo de un choque con sangre, sudor y lágrimas entre Inglaterra y la Hungría de Puskas, Kocsis y Czibor.

También Adolf Hitler, gran aficionado al balón, a las botas y a las patadas, dejaba con frecuencia sus responsabilidades como Führer para narrar con su gracejo encuentros de la Bundesliga. Aquí se lamenta de una clara ocasión fallada por el delantero centro de su equipo favorito, jugador que desapareció de las convocatorias (y del todo) poco después.


Entre revolución y revolución, Ernesto ‘Che’ Guevara tenía tiempo para cumplir con sus compromisos radiofónicos con Radio Rebelde, emisora especializada en deportes minoritarios y música de los años 80.


En esta última imagen vemos a Richard Nixon y John Fitzgerald Kennedy en una de las primeras emisiones de Punto Pelota, el precedente de Jugones que en la actualidad presenta Josep Pedrerol.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Keyser Rajoy

Tenemos su fobia a aparecer ante los medios de comunicación, su preferencia al plasma cuando no tiene más remedio que explicar algún asunto.

Tenemos esos discursos grandilocuentes y triunfalistas en modo automático, elaborados sin atenerse a la realidad que nos rodea. Y tenemos esos debates en los que, a la réplica de la oposición, le sigue una contrarréplica sin ninguna relación con lo que (supuestamente) acaba de escuchar.

Tenemos las presuntas políticas con las que alardea de habernos salvado del desastre, como si no supiéremos que ni las políticas son suyas y vienen dictadas desde Bruselas, ni nos han librado de una catástrofe a la que se enfrentan millones de españoles cada día.

Tenemos esas (pocas) entrevistas que concede y en las que en apenas unos segundos es capaz de laminar su supuesto aura de dirigente eficaz y preparado.

Y tenemos, claro, esos primeros planos que captan las cámaras, esas muecas de bufón, esos gestos que atentan contra la lógica y las leyes naturales que nos hacen preguntarnos cómo es posible que ese señor haya ganado unas elecciones generales.

Si el mejor truco del Diablo fue convencer al mundo de que no existía, Keyser Rajoy lleva años en cambio actuando como si de verdad fuese un presidente capaz y el gobierno de nuestro país se acomodara a sus deseos.

Solo si miramos al corcho de la pared y empezamos a conectar las deshilvanadas pistas que nos ha dejado durante este tiempo nos daremos cuenta de la irrealidad en la que se mueve y en la que, lo peor de todo, nos obliga a transitar.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Reservado el derecho de admisión

Que el vicesecretario de Acción Sectorial del Partido Popular se case no sería noticia si no fuera porque Javier Maroto, que se unirá a su novio el 18 de septiembre, represente a una organización política que recurrió ante el Tribunal Constitucional la ley que permitía la unión entre personas del mismo sexo por considerar que ello desnaturaliza el matrimonio.

Hace unos días, la Iglesia vaticana del progresista papa Francisco tumbaba las esperanzas de un transexual -y católico practicante- de ejercer como padrino de su recién nacido sobrino. Al parecer, su 'estilo de vida' no se acomoda como debiera a las exigentes e inflexibles normas que rigen la milenaria institución.

Creo que nunca he pertenecido a ninguna asociación, o partido político, o sindicato, u organización jerarquizada de ningún tipo. Solamente el Círculo de Lectores, en algún breve momento de mi vida puede presumir de haberme logrado captar para su causa, pero las exigencias -pocas- que ponían encima de la mesa para -imagínense- poder leer fueron demasiadas para mí.

Groucho, que no tenía un pelo de tonto en su bigote pintado de betún, ya exponía sus reparos a formar parte de clubes con la suficiente laxitud como para acogerlo a él como miembro. Desconocía las razones que llevan a Maroto o a ese transexual a querer formar parte de colectivos empeñados en marginarlos, en excluirlos y en despreciar su condición individual, pero ayer la luz comenzó a intuirse entre ese manto de nubarrones que cegaba mi intelecto.

Quizás todos formen parte de un maquiavélico plan para subvertir el orden establecido desde su mismísimo interior. Pequeños ponis de Troya infiltrados en centros de poder que esperan la orden para asaltar los cielos y ponerlos del revés. El último en sumarse a sus filas sería el pequeño Nicolás (nuestro pequeño Nicolás), reconvertido en un engominado Guy Fawkes, que ayer mismo apareció de entre los muertos para anunciarnos su plan perfecto para las próximas Navidades: ser elegido senador para poder derribar el Senado desde dentro.

Me voy a la Asociación de Conspiranoicos a exponer mi teoría. Ahora vuelvo.

viernes, 4 de septiembre de 2015

UVI

El otro día me crucé con un señor mayor, o un anciano, o un viejo (nunca sé cuál es la forma más precisa y menos agresiva a la vez de llamar a alguien que ya no cumplirá los 75 o los 80). Pelo cano, brazos surcados de arrugas, gesto todavía enérgico. No destacaba por nada en especial, la verdad, si acaso por la reluciente camiseta del Real Valladolid (puede que de esta misma temporada) que lucía. Apenas reparé en él, pero al rebasarlo (yo iba corriendo) atisbé fugazmente el nombre que lucía a la espalda, y ahí es donde el señor mayor, o el anciano, o el viejo, me ganó para su causa. Ahí, entre sus dos hombros caídos, destacaban sobre las franjas blanquivioletas una palabra que jamás habría imaginado. La camiseta no se decantaba por algún jugador de la plantilla. No rezaba ‘Óscar’ ni ‘Álvaro Rubio’, ni siquiera, en un guiño al pasado, ‘Manucho’, ‘Moré’ o ‘Peternac’. Tampoco había optado por el nombre de su propietario, algo como ‘Mariano’ o ‘Julito’. Qué va. La camiseta lucía simplemente tres letras, un imponente UVI, como recordatorio, no lo tengo claro, del lugar que había visitado recientemente su propietario o, peor aún, el que tendría que pisar en un futuro cercano. El viejo (qué demonios, dejemos a un lado los eufemismos) se estaba riendo en la cara (o en la espalda) de una muerte que ya le está rondando. Y lo hacía, claro, a través de la camiseta de un equipo acostumbrado a las salas de reanimación, las muertes súbitas y las operaciones de cirugía a corazón abierto. 


lunes, 24 de agosto de 2015

Usain

A Usain Bolt se le recordará siempre por sus estratosféricas marcas deportivas, por una superioridad colosal que hace cuestionarnos acerca de su verdadera naturaleza. Bolt ha corrido más que ningún otro ser humano antes, y lo ha hecho subido a un pedestal divino desde el que observa a sus pobres rivales con una sonrisa que solo puede darla la seguridad de encontrarse en un plano superior.

Pero cuando el rayo de Jamaica se canse de llegar siempre el primero a todas partes, a mí me gustará recordarlo en esta carrera. Cuando un inoportuno tropezón lo expulsó por un momento del confortable Olimpo en el que reside y lo confinó durante unos dramáticos segundos a compartir existencia con esas insignificantes criaturas llamadas 'hombres'. Durante ese tiempo, apenas unas zancadas, Bolt se transformó en uno de nosotros, y asomaron a sus ojos emociones que desconocía hasta entonces. Dudó, y sintió miedo, y una rabia que hizo que corriera todavía más rápido de lo que lo había hecho hasta entonces.

Durante esos 80 metros, Usain fue uno de los nuestros. Y eso lo recordaré siempre.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Un artista del alambre

A primera vista, podría parecer que el hombre del traje de baño amarillo que vemos en la imagen está disfrutando de sus vacaciones ajeno a lo que se le viene encima, despreocupado de los enfrentamientos con la Justicia, insensible con quienes se han visto afectados por sus acciones o inacciones al frente de los organismos que ha dirigido. Si nos quedamos en la superficie de esa lámina de aguas cristalinas, veremos únicamente a un hombre feliz que se dispone a chapotear en el mar mientras su pareja lo mira complacida. Una estampa de pura felicidad, ¿no creen?



Pero si dejamos a un lado la vulgar apariencia, lo que nuestro cerebro intoxicado quiere que veamos, lo que se muestra ante nuestros ojos es bien distinto. Observen el gesto crispado del hombre del traje de baño amarillo (traje de baño enorme, por otro lado). El precario equilibrio que se deduce de la posición de brazos y piernas. La mirada fija en un punto bajo sus pies. Esa concentración propia de profesionales que entregan su vida a desactivar minas. ¿Lo ven? ¿A que ahora está más claro?


En la imagen no se aprecia, pero les aseguro que está ahí. El finísimo alambre por el que se está desplazando en ese momento el hombre del traje de baño amarillo. La última y brevísima frontera que le separa del abismo y a la que se agarra para no caer en un océano infestado de tiburones de cuellos almidonados que han decidido que quieren su cabeza. 

El hombre del traje de baño amarillo vive en un permanente estado  de alerta ante su posible caída a los infiernos, y ha hecho del precario equilibrio su forma de vida, dando pequeñísimos pasos sobre el alambre que podrían ser siempre los últimos. ¿No se les encoge ahora el corazón, como cuando ven a los funambulistas pasar de un edificio a otro a decenas de metros sobre el suelo? ¿Es que hay alguna diferencia con este pobre hombre del traje de baño amarillo? ¿Es que acaso el arte de mantenerse sobre el alambre, enfrentado a todas las calamidades, no merece nuestra conmiseración?

viernes, 7 de agosto de 2015

Aquí viene el avioncito


El padre recurre a tragedias aéreas para animar a comer a su pequeño. El accidente de Los Rodeos le va muy bien para el puré de verduras.

jueves, 9 de julio de 2015

Carta abierta a 13 TV

Estimada 13TV:

Me preparo, como cada noche, para seguirte, para sentirme parte de esa mesa de debate llena de grandes nombres de la comunicación de nuestro país que nos regalas cada noche. Para dejarme llevar por mi parte más tertuliana, esa que se sorprende gritando como un loco ante el cinismo desacomplejado que de vez en cuando dejan caer por ahí, pongamos, un repelente Pablo Casado o un relamido Rafael Hernando, deseosos de seguir progresando en el escalafón popular. Que se retuerce ante la duda de si soporta menos a Carlos Cuesta o a Alfonso Merlos. O que asusta a los vecinos mientras grita a la pantalla que ojalá dejen de fabricar el tinte de Isabel San Sebastián. Me gusta esa parte llena de ira y rencor que consigues sacarme con tu tintineante cascabel.

Te escribo, tranquilo, no para protestar por la selección, llamémosle poco equilibrada, de los componentes de la mesa de debate. A buen seguro estarás harta de recibir las quejas de esa panda de perroflautas a los que acusáis, siempre con una gran sonrisa en el rostro, de descuidar su higiene y de planear en un futuro inminente el asalto a las iglesias y ejecuciones sumarias en la Puerta del Sol. Mi llamada de atención no tiene nada que ver con el sesgo ideológico de vuestros tertulianos de cámara. De todas formas, cada cual es muy libre de lobotomizar a la audiencia con las armas que quiera.

Lo que quiero apuntar, simplemente, es que quizás ha llegado el momento de darle una vuelta a las preguntas que realizáis cada noche para que los espectadores os hagan llegar su opinión a razón de 1,45 euros desde la red fija o unos módicos 2 euros desde el móvil (¿he oído crisis?).

Lo que quiero decir, a ver si me entiendes, es que planteando TODAS LAS NOCHES estas preguntas

-¿Le gustaría que un partido de izquierda radical gobernara en España?
-¿Cree que sería bueno para España un Gobierno de Pablo Iglesias apoyado por Pedro Sánchez?
-¿Cree que si Podemos gobernara en España el país acabaría como Grecia?
-¿Se fía de lo que vayan a hacer los Ayuntamientos gobernados por Podemos?
-¿Cree que Podemos es un peligro para España?

y recibiendo siempre unos porcentajes de voto similares, siempre en el mismo sentido, quizás ya ha quedado claro cuál es la opinión de tu audiencia al respecto.




                                           Yo es que sigo sin verlo claro.

Por supuesto, eres muy libre de continuar con tu cuestionario teléfonico antipodemita para cerciorarte al 100 por cien, o incluso un poco más, de que no, de que Pablo Iglesias no es un personaje bien valorado por esos espectadores. Y no te digo, por supuesto, que preguntes por el futuro de Rita Barberá en el Senado, o si Joaquín Leguina debería recibir íntegros los 8000 euros del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid porque, eh, se los ha ganado y no debe financiar el paro de ningún socialista resentido. Yo qué sé. Pregunta lo que quieras. Pregunta por Casillas, si quieres. O sigue preguntado por Pablo. Quizás hasta le cogen cariño.

Un humilde español.


lunes, 6 de julio de 2015

El futuro es de la Jeni

Ayer en Masterchef apareció la madre del ganador, una mujer de nombre 'la Jeni'. Al escucharlo, sufrí un pequeño cortocircuito en el córtex cerebral del que, afortunadamente, me repuse pronto. Creí estar en 2030, al menos, cuando las Jesis o las Déboras serán señoras de mediana edad con hijos en la flor de la vida. La de ayer, al parecer, era solo una avanzadilla, una Terminator llegada del futuro para avisarnos de lo que nos espera. En los Estados Unidos vivieron una gran revolución hace unos años cuando eligieron sl primer presidente negro de la historia. A nosotros nos falta ya menos para vivir la nuestra: la que supondrá colocar en la Moncloa al Jonathan. O a la Jeni.

martes, 26 de mayo de 2015

No tenéis vergüenza

Esperanza Aguirre, que conoce la vergüenza porque se la encontró una vez de paseo en el Retiro, se había pasado la campaña presumiendo de chulapa y sacando de paseo primero a Pecas y luego a ETA, que siempre estará viva en los corazones de algunos.

El que en cualquier otro momento habría sido el principal rival de la condesa continuaba con su particular yincana con la que se proponía destruir, probablemente inspirado en el Ejército Islámico, cualquier atisbo de cordura y de sensatez en un partido al que ya le da igual todo si los de enfrente las pasan igual de canutas que ellos.

Lo de que la falta de vergüenza es algo transversal lo demostró Pablo Iglesias jugando una pachanga con la camiseta republicana y un estilo en las antípodas de Laudrup que consiguió lógicamente hacerse con la portada de La Razón, encantada con poder ensañarse con el líder de Podemos también en este terreno de juego.

Floriano apareció cuando la debacle parecía ya segura y se enrocó en el mantra que acompañaría durante toda la noche a los compañeros de su partido. “El Partido Popular ha sido el partido más votado por los españoles” dijo Floriano sin que se le moviera una ceja, y fueron repitiendo el resto de ganadores que poco a poco irán limpiando los escritorios en los que han acumulado papeles oficiales las dos últimas décadas.

Terminaba así una campaña electoral, que básicamente es un ejercicio de paciencia para el ciudadano, asombrado por la falta de escrúpulos del ser humano, y comenzaba otra etapa, la de los pactos, donde también es necesario dejar la vergüenza a un lado si lo que se pretende es dormir por las noches.


En Oyón, un pequeño pueblo de La Rioja alavesa, su hasta ahora alcalde también depende de estos pactos antinatura para conservar el bastón. Lo bueno que tiene él es que, como ya nos enseñó en campaña, ni tiene vergüenza ni la espera.

jueves, 14 de mayo de 2015

Esto no es una pipa

René Magritte nos puso delante una pipa al tiempo que nos alertaba: ‘Esto no es una pipa’. Magritte era un pintor surrealista y era belga, que viene a ser lo mismo casi siempre, y por eso no nos quedó más remedio que creerle y darle la razón. Si nos poníamos exquisitos, lo que veíamos no era propiamente una pipa, sino una imagen representada de lo que convenimos que es una pipa.



Alfonso Rus quiso optar también por el surrealismo cuando, tras aparecer las grabaciones en las que se le escuchaba contar dos millones de pelas procedentes, supuestamente, de una comisión ilegal, intentó convencernos de que esa voz no era la suya. El drama para Rus es que no nació en Bruselas, ni en Lessines, sino en Jávea, y que además ocupa(ba) la Diputación de Valencia para el Partido Popular, que no es que sea sinónimo de corrupción pero ustedes ya me entienden.

El bueno de Rus, de todas formas, no hizo más que aplicar una de las máximas que rigen la política de este país, y que viene a decir que nunca se es responsable de nada que te suponga una carga y que las culpas, incluso cuando son tuyas, nunca son exactamente tuyas. Es más, son de los demás.


Este surrealismo ibérico, que casi nunca funciona tan bien como el belga, tiene en Esperanza Aguirre uno de sus mejores exponentes. Superviviente indemne de todo tipo de situaciones tremebundas (desde atentados islamistas o caídas de helicópteros hasta aparcamientos improcedentes en la Gran Vía), la risueña lideresa tiene una capacidad innata para aguantar el rictus en su rostro de cemento cuando asegura, por ejemplo, que fue ella quien destapó la ‘trama Gürtel’ o que no conocía a aquel imputado de quien fue testigo en su boda. Aguirre nunca miente, y cuando lo hace es porque, lamentablemente, estaba mal informada y no hacía más que reproducir lo que leyó una vez en el periódico. Dentro de unas semanas será la nueva alcaldesa de Madrid, y es probable que ni siquiera tenga que recurrir a ese episodio surrealista en el que consistió el ‘tamayazo’. Ya estamos curados de espantos. Y nos creemos cualquier cosa.