A 15 grados bajo cero y con dos metros de nieve, el ministro Soria
compareció en rueda de prensa en bermudas y chanclas para anunciar que este mes
de abril era el agosto más caluroso que recordaba.
El otrora sosias del expresidente Aznar añadía a continuación que las
empresas alejadas del radar del fisco español por las que le preguntaban no
existían, que sí existían pero que eran un negocio de su padre, que nunca firmó
nada y que ahora que lo dice parece que sí es mi firma pero es que hace muchos
años de eso, cómo son ustedes.
Las precisas y aclaratorias afirmaciones de José Manuel Soria, como no
podía ser de otra manera, satisficieron a un 28 por ciento de quienes
contestaron a la encuesta que sobre ellas realizaba un diario digital. El 28
por ciento de los votantes depositó su confianza en el Partido Popular en las
pasadas elecciones de diciembre y, por lo que parece, el 28 por ciento de
españoles se tiraría desde la azotea de su casa si Mariano Rajoy insinuara que
así escaparían de la amenaza podemita.
Hay ocasiones en las que un 28 por ciento es demasiado. Insoportablemente demasiado.