jueves, 9 de mayo de 2013

Todos iguales. Todos idiotas

No quiero volver a entrar en el machismo del lenguaje, en la forma en la que el hombre (el hombre en su forma masculina) ha moldeado a su antojo el diccionario para desequilibrar en su favor la balanza de los sexos. Porque, oigan, es muy probable que sea cierto, y que las voces que se alzan en contra de esta desigualdad léxica tengan razón.
Lo que tengo bastante claro, eso sí, es que las arrobas no darán la razón a quienes exigen un cambio de mentalidad, una nueva forma de entender el lenguaje. Ni 'l@s niñ@s' serán más iguales por escribir como idiot@s ni los mayores verán la luz por una cuestión tan peregrina. La conducta no la marca el lenguaje. En todo caso, el lenguaje es un reflejo más de la realidad que vivimos.
En fin. No me lío, no merece la pena. Todo esto venía por la carta de la revista Mongolia que está aquí al lado y que me ha mostrado de nuevo hasta dónde llega la estupidez humana. Y no por la respuesta que, en un rápido conteo de los comentarios leídos en la fuente original de la imagen, era lo que ofendía a los lectores. Sino por una carta que, de ridícula, parece una parodia de ese igualitarismo exacerbado que lucha por nivelarnos a todos por debajo. Todos idiotas, vale. Pero todos iguales, que es lo importante.

1 comentario: