martes, 26 de mayo de 2015

No tenéis vergüenza

Esperanza Aguirre, que conoce la vergüenza porque se la encontró una vez de paseo en el Retiro, se había pasado la campaña presumiendo de chulapa y sacando de paseo primero a Pecas y luego a ETA, que siempre estará viva en los corazones de algunos.

El que en cualquier otro momento habría sido el principal rival de la condesa continuaba con su particular yincana con la que se proponía destruir, probablemente inspirado en el Ejército Islámico, cualquier atisbo de cordura y de sensatez en un partido al que ya le da igual todo si los de enfrente las pasan igual de canutas que ellos.

Lo de que la falta de vergüenza es algo transversal lo demostró Pablo Iglesias jugando una pachanga con la camiseta republicana y un estilo en las antípodas de Laudrup que consiguió lógicamente hacerse con la portada de La Razón, encantada con poder ensañarse con el líder de Podemos también en este terreno de juego.

Floriano apareció cuando la debacle parecía ya segura y se enrocó en el mantra que acompañaría durante toda la noche a los compañeros de su partido. “El Partido Popular ha sido el partido más votado por los españoles” dijo Floriano sin que se le moviera una ceja, y fueron repitiendo el resto de ganadores que poco a poco irán limpiando los escritorios en los que han acumulado papeles oficiales las dos últimas décadas.

Terminaba así una campaña electoral, que básicamente es un ejercicio de paciencia para el ciudadano, asombrado por la falta de escrúpulos del ser humano, y comenzaba otra etapa, la de los pactos, donde también es necesario dejar la vergüenza a un lado si lo que se pretende es dormir por las noches.


En Oyón, un pequeño pueblo de La Rioja alavesa, su hasta ahora alcalde también depende de estos pactos antinatura para conservar el bastón. Lo bueno que tiene él es que, como ya nos enseñó en campaña, ni tiene vergüenza ni la espera.

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