jueves, 20 de abril de 2017

Apagar la luz


Hasta hace unos días no sabíamos quién era Emma Moreno. Este nombre, que quedará vivo únicamente en los servidores de Google para una hipotética y muy poco probable búsqueda acerca de su identidad, ya se nos ha olvidado, de hecho. Apenas fue una nota al pie de la información diaria. Pese a todo lo que representa.

Emma Moreno era la última persona nacida en el siglo XIX que aún se encontraba entre nosotros, hijos del XX y neomillenials del XXI. Su reciente fallecimiento, así, cierra oficialmente nuestro vínculo con aquella centuria, al que nos aferrábamos ya solo a través de las arrugadas manos de esta anciana italiana. Emma Moreno ha muerto, y con ella se ha llevado todo un siglo del que aún podíamos ver unos tenues destellos entre la oscuridad.

El último soldado que había combatido en la I Guerra Mundial también murió hace unos años. Desde entonces, no quedan ya testigos de un conflicto al que ya únicamente podemos acercarnos desde los libros de historia. De la misma manera, de manera sucesiva y sin que podamos, de momento, evitarlo, desfilarán en su último viaje los protagonistas de la II Guerra Mundial, de nuestra Guerra Civil y de todos los acontecimientos, con tintes trágicos o festivos, que hemos vivido en las últimas décadas. Si la ciencia no lo evita, el último representante del siglo XX dejará de habitar nuestro planeta presumiblemente dentro de algo más de un siglo, y con él se perderán de nuevo, como en el caso de Moreno con el XIX, cien años de historias y millones de vidas que vivieron cada una de ellas.

No sabemos quién será el encargado de hacerlo, pero cuando le llegue la hora, que apague la luz.

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