Cuando las fans empezaron a arrojarse al coche de Zamorano, las
camisetas de Parmalat y Zanussi de Juanito y Camacho se rasgaron súbitamente.
Los que nos aferrábamos a ellas cosimos los costurones y seguimos apelando a
las remontadas imposibles.
Las medias por los tobillos de Gordillo dieron paso a la pernera
subida hasta la rodilla de Anelka. La estética podía ser discutible en ambos
casos, pero la lectura era bien diferente: de lo aguerrido pasamos a lo
extravagante; del combate sin artificios en el terreno de juego, al artificio
inane en el terreno vital.
El Buitre empezó a acompañar con ensaladas sus festines hasta
que se volvió vegetariano y no hubo más remedio que enjaularlo en el banquillo
. Lo de Raúl, esa Lola Flores que ni corría, ni saltaba, ni regateaba, pero
metía más goles que nadie, fue incluso más extraño. Que no saliera del Bernabéu
desorejado y entre las almohadillas del respetable fue casi un milagro. Por
entonces, el Big Bang galáctico ya había alcanzado Concha Espina. Su
resplandeciente fulgor, tan hermoso como peligroso, abrasó nuestras retinas y
nos dejó ciegos ante lo que sucedía ante nuestros ojos.
Plantilla del Real Madrid C.F. Temporada 2015/2016
Plantilla del Real Madrid C.F. Temporada 2015/2016
El circo Pérez, inspirado probablemente en la parada de los monstruos de Tod Browning,
sigue añadiendo atracciones a un espectáculo donde el fútbol hace tiempo que ocupa un lugar secundario. Los jugadores se han pasado ahora al film noir y hasta
James coquetea con formar parte de la franquicia Fast & Furious.
Las mocitas madrileñas ya no quieren ser princesas, pero algunos
futbolistas sí. Y hasta reinas, aunque sea por un día.
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