La secuencia se
repite constantemente, de manera incesante, día a día, hora a hora. Minuto a
minuto. Un suceso X de unas implicaciones muy concretas, con unos protagonistas
determinados y que ocurre bajo unas circunstancias específicas pasa de repente
al plano de la hipótesis, de la imaginación. Y lo hace no como un ejercicio de
sana ficción, sino con el propósito de posicionarse en una de esas Españas (dos
en principio, espero que sean muchas más) que en teoría nos definen.
Un ejemplo. Una
madre y su hija, consumidas por el odio y la locura, asesinan a tiros a la
presidenta de la Diputación de León, a quien culpan de todos sus problemas. Las
redes, inundadas de imbéciles y descerebrados casi en la misma proporción que las calles llenas de basura de nuestras ciudades, se llenan de mensajes que
se felicitan por el crimen y apuntan que sería necesario continuar con otros cuantos
compañeros de partido de la víctima.
Ya está. Llegó el punto clave. “¿Os
imagináis lo que dirían estos mismos si la asesinada fuera del PSOE o de IU en
lugar del PP?”, se preguntan los presuntamente afectados por esos mensajes. Y
sí, yo lo hago, y me imagino un crimen igual de reprochable que llevaría al
jolgorio a otros cuantos personajes que desearían, vía Twitter, un exterminio
rojo.
En realidad no
lo tengo que imaginar. Lo veo cada día, en los mensajes de verdaderos fanáticos
que hacen de Internet su trinchera y dan rienda a sus deseos más profundos.
Gente que celebra la muerte de Carrillo y aprovecha para pedir ejecuciones
sumarias de peligrosos izquierdistas o que brinda cuando el muerto es Fraga y
pide más coches volando con fachas dentro, en homenaje a Carrero Blanco. Gente
que llama “hija de puta” a Pilar Manjón o que se lamenta de que a Ortega Lara
no se lo llevaran por delante en aquel zulo, ahora que el exfuncionario de
prisiones se ha pasado a Vox.
Idiotas hay en
todas partes. Y pajas y vigas en los ojos de cada uno de nosotros, también.
¿Os imagináis qué ocurriría si no intentáramos sacar tajada política de todo cuanto ocurre a nuestro alrededor? ¿Os lo imagináis?
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